¿Qué son las escaras y cómo prevenirlas?
Escaras, un problema muy común y frecuente en los enfermos con problemas de movilidad, sobre todo en aquellos con ausencia de sensibilidad.
Son heridas en la piel producidas por la presión que esta recibe de partes óseas y de forma continuada contra una superficie. Con lo cual, podemos entender que las escaras no son contagiosas, se trata de una lesión provocada por presiones reiteradas. Normalmente, esto sucede en personas inmovilizadas en un asiento o colchón, dando lugar a que sus células mueran.
Una presión constante sobre la piel, provoca que los vasos sanguíneos estén oprimidos con la consecuente falta de riego sanguíneo y la posterior muerte celular de la zona afectada. Estas lesiones o llagas en el cuerpo, pueden llegar a ser muy dolorosas y aumentar la incapacidad de las personas para moverse con autonomía. Sin duda un problema que de no tratarse adecuadamente y a tiempo puede llegar a incapacitarte.
La zona de la piel afectada por la escara está formada por tejido necrótico (tejido muerto). Cuando este tejido necrosado se cae o se extirpa deja una úlcera, de ahí el nombre de úlceras por presión.
Nuestros abuelos son los más vulnerables en la aparición de las úlceras por presión. Esto es debido a que su estructura ósea y su piel están muy debilitadas por el paso de los años agravando con ello la situación.
Con ellos debemos prestar especial cuidado, hidratando su piel con cremas anti escaras y realizando también frecuentes cambios posturales.
Además de todo lo anterior, en pacientes de edad avanzada completamente inmóviles, es imprescindible contar con dispositivos anti escaras que eviten la aparición de la escara o un empeoramiento del paciente como por ejemplo úlceras infectadas.
¿Cuáles son las causas más comunes?
Estas lesiones en la piel se producen sobre todo en las siguientes circunstancias:
- Permanecer por tiempo prolongado en la misma postura.
- Incontinencia urinaria.
- Una higiene deficiente en las zonas de riesgo.
Las escaras pueden verse agravadas por una mala hidratación o nutrición de la persona afectada.
¿Qué zonas del cuerpo son las más expuestas?
La parte baja de la espalda, glúteos y trocánter mayor son las zonas con más riesgo.
En caso de pacientes en silla de ruedas los problemas aparecen en el isquión y coxis.
Los talones soportan todo el peso de las piernas así que son otra zona con alto riesgo de escaras en personas encamadas.
La zona occipital también ejerce una presión la cual puede ser aliviada con almohadas viscoelásticas.
Los omóplatos, simbolizados con los círculos verdes son la parte menos perjudicada.
En la siguiente imagen observamos los puntos del cuerpo que más sufren las presiones de la piel.
Las zonas más vulnerables están representadas con círculos de color, por orden de importancia:
- Zona lumbar y sacra.
- Talones.
- Occipital (cabeza)
- Omoplatos.
A medida que las células de la piel mueren, empieza a provocarse una lesión que se va agravando con el tiempo si no se toman medidas.
Para tratar adecuadamente a un enfermo que ya sufre de escaras, primeramente, es necesario saber a qué nos enfrentamos.
Las escaras se clasifican en estadios o fases, en función de la profundidad de estas:
Fase 1
Primeramente, aparece enrojecimiento o eritema, la piel aún está íntegra, algo muy significativo es que este enrojecimiento no palidece al presionar.
En pieles oscuras, puede presentar tonos rojos, azules o morados siendo más difícil de detectar.
Es probable que se manifiesten cambios en la temperatura de la piel (caliente o fría), en la consistencia del tejido, así como los primeros dolores y escozores.
Fase 2
En esta fase las molestias se han acrecentado mucho, se presenta una pérdida parcial del grosor de la piel que afecta a la epidermis, dermis o ambas. La herida superficial tiene aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial.
Fase 3
Estado muy doloroso con pérdida total del grosor de la piel que implica lesión o necrosis del tejido subcutáneo, que puede extenderse hacia dentro como un pequeño cráter pero que no se extiende por la fascia subyacente.
Fase 4
Situación crítica con pérdida total del grosor de la piel con destrucción extensa, necrosis del tejido que puede derivar en lesiones musculares, huesos y tendones.
En este estadio al igual que en el anterior, pueden presentarse lesiones con cavernas, tunelizaciones o trayectos sinuosos.
Si el enfermo ya está en una fase 2 o superior debemos recibir atención profesional.
En nuestra residencia tenemos todas las precauciones y siempre tenemos presente que ante cualquier problema de salud, la prevención es la mejor cura.
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