¿Qué es la demencia senil?
Se define a la demencia como “un síndrome -generalmente de naturaleza crónica o progresiva- caracterizada por el deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento) más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal.
Afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio.
El término demencia senil se considera actualmente erróneo, puesto que esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad.
Posibles causas
En términos generales, la demencia suele ocurrir a partir de los 60 años. Por lo tanto, el envejecimiento supone uno de los factores de riesgo más significativos. Está causada por el daño o la pérdida de las células nerviosas y sus conexiones en el cerebro. En función del área del cerebro afectada, el impacto puede ser distinto.
Posibles Síntomas
Los síntomas de la demencia abarcan muchos aspectos de las funciones mentales del paciente. En términos generales, se puede ver afectado el comportamiento emocional o de la personalidad, el lenguaje, la memoria, la percepción y el pensamiento o juicio.
En las fases más incipientes de la enfermedad, la persona sufre un deterioro cognitivo leve que incluye la dificultad para realizar varias tareas a la vez, para resolver problemas o para tomar decisiones.
Además, dificulta el recuerdo de hechos o conversaciones recientes y la agilidad mental se ve disminuida.
A medida que el trastorno empeora, los síntomas se agravan y también pueden aparecer:
Pérdida de habilidades sociales y cambios de personalidad, lo cual lleva a comportamientos inapropiados en público y, a veces, agresivos.
Problemas para comunicarse, ya que el paciente presenta dificultad para recordar el nombre de objetos familiares. A esto se une la pérdida del sentido de la orientación por lo que la persona puede perderse con asiduidad y no encontrar objetos.
Aumento de la dificultad para memorizar o realizar actividades que requieran pensar.
El paciente pierde su capacidad de juicio y no es capaz de determinar la peligrosidad de sus acciones.
Se producen cambios en el patrón del sueño, lo que aumenta el riesgo de sufrir alucinaciones, delirios y es posible que este cuadro sintomático lleve a un estado anímico depresivo.
En los casos más graves, los pacientes con demencia ya no son capaces de realizar actividades básicas, tales como comer, bañarse o vestirse. Es posible que sean incapaces de reconocer a familiares cercanos o de entender el lenguaje.
Posibles Tratamientos
La mayoría de las demencias son irreversibles, pero hay diversos tratamientos que permiten controlar sus síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Por ello en nuestro geriátrico te ofrecemos toda la ayuda e información. Cuidamos a los tuyos porque somos una gran familia.
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